lunes, 27 de octubre de 2008

Mi tripa crece y crece.

Aquí va una foto del estado actual de mi tripa, aunque viéndome con manga corta cualquiera diría que estamos a finales de octubre en Bilbao.
¡Ah! Por si alguien se lo pregunta: todavía no se me ha salido el ombligo... ¡se está portando como un campeón!

¡Habemus sillita!

Ixone ya tiene sillita. No tiene cuna, ni cuarto, ni biberones... pero si me pongo de parto mañana mismo ya podría sacarla de paseo.
Fue todo bastante repentino, porque por aprovechar una oferta que había en "El Corte Inglés" fue ir, verla, decidir que me encantaba (y que gracias al descuento se quedaba en un precio un poco más razonable, porque es carísima) y comprarla.
Y es que más que una silla parece una nave espacial: chasis de aluminio (¡¡casi no pesa!!), una capacidad de giro sorprendente, una capazo de un tamaño más que aceptable y que está homologado para el coche, un maxi-cosi (complemento que odio a muerte) y futuro como silla... ¿qué más se puede pedir? Pues que sea naranja... jejejejejejeje...
Así que la compré y me fui más que feliz, pero con el miedo de que no cupiese en el coche (no soy tan bruta como para no tomar las medidas, pero estas cosas hay que probarlas para estar seguro). Y hace unos días llevé el coche al parking del corte y, después de pedir permiso y pitar como un millón de veces a causa de las alarmas, la bajé y comprobé que, efectivamente, sí cabía. Justo, pero cabe.
P.D. Aita, Carmen... ¡eskerrik asko por el regalo!

jueves, 9 de octubre de 2008

Mi pequeño alien.

Mi pequeña Ixone es muy rica, al menos a mí me lo parece... pero últimamente me da un poco de miedo. Las tiernas pataditas que antes me hacían sonreír como una idiota mientras me miraba la barriga han derivado en extraños movimientos que se pueden ver a simple vista y que hacen que sienta como si tuviese un alien en mi interior.
Yo le pongo la mano encima en plan amoroso, a lo que ella suele responder con una patada (voy a tener que enseñarle desde pequeñita a controlar sus impulsos) pero sin tener la menor idea de si lo que toco es su cabecita, los pies o el culo, la verdad. Que no me importa, porque es mi niña y cada centímetro de su cuerpo es un amor y me inspira ternura, pero teniendo en cuenta que en la última eco estaba hecha una pelota (tenía hasta los pies delante de la cara), te quedas con la duda de ser capaz de reconocer qué parte de su anatomía es la causante de que tu tripa parezca un trozo de carne con vida propia.