domingo, 4 de mayo de 2008

Mi amiga la infusión.

Siempre he pensado que las comidas verdes son para las vacas, las cabras y los conejos, pero desde que tengo un ñajito dentro algo en mí ha cambiado y ya no me da repelús pasar por la frutería (aunque sigo diciendo que las acelgas son tóxicas para los humanos), acercarme a las verduras e, incluso, ¡comprar alguna! Tengo arrebatos vegetarianos que me llevan a comer pepinillos, probar ensaladas con canónigos y querer hacer crema de calabaza aunque en mi vida la he probado... supongo que son los efectos secundarios de estar embarazada.
Pero lo peor de esto (aparte de tener que aguantar la coña de los familiares por mis nuevos hábitos alimenticios) es que estoy siendo castigada por el maquiavélico espíritu de las hortalizas y tengo unos retortijones que no son mi medio normales por culpa de los dichosos gases (aunque yo más bien los defino como "la manada de ñúes cabreados que tengo dentro de la tripa"), que son causados porque las verduras son indigestas... ¡toma ya! Toda una vida aguantando sermones sobre que comer cosas verdes es bueno (y necesario) para el cuerpo... ¡¡y resulta que son de lo más indigestas!! Claro, eso no te lo dicen, ¿verdad?
Así que, desesperada como estaba por los dolores nocturnos (que no se los deseo ni a mi peor enemigo, en serio), decidí dar un paso más hacia el mundo para mí inexplorado de las cosas verdes y comprar un infusión digestiva (yo, comprando infusiones... que sólo de oler el té o la manzanilla me pongo amarilla y me entran ganas de vomitar... algo en mí ha cambiado, está claro).
Traje a casa una cajita llena de bolsitas de papel malolientes, que a su vez estaban llenas de diminutas hojitas de diferentes tonos de verde pus y marrón caca de niño... y me la tome anoche. Tengo que reconocer que no estaba tan mala como yo pensaba (aunque según mi marido es porque utilicé como 3 veces más del agua necesaria para hacer la infusión), aunque cabe la posibilidad de que no sea objetiva ya que es como cuando estás malo y el médico te manda un jarabe que sabe a patata podrida, pero como hace que te sientas mejor te parece que no está tan malo... sea como sea, ¡¡¡esta noche he dormido como los ángeles!!! Nada de animales salvajes dándome una paliza por dentro ni de dar mil vueltas para encontrar postura... ¡¡8 horas del tirón!!
Así que si alguna embarazada lee esto y no sabe qué hacer para acabar con su sufrimiento... ¡¡las infusiones (digestivas) funcionan!!

2 comentarios:

Xin Xe Ta dijo...

Hola, guapíssima!!! Mi enhorabuena por el embarazo!!!
Bss

Elia dijo...

Gracias por este post cercano y simpático, me siento identificada con los ñus (jejeje), voy a probar con las infus.